La Península de Yucatán, ¿saqueada y hacia la ruina total?

Por Raymundo Martín Gómez

// EL CRITICO RAY

Quintana Roo

   En Campeche la producción de camarón, ostión y otras especies ya es parte de la historia por el gran impacto que representó durante estas décadas la explotación petrolera, que tampoco es un gran negocio porque los precios internacionales del petróleo se desplomaron, pasando de más de 100 dólares el barril a menos de 40, lo que genera la paralización parcial de esa contaminante industria.

 

En Yucatán han depredado casi todas las especies marinas al grado de que el novedoso comercio internacional del pepino de mar, pagado en dólares por los Chinos que comen esa especie de gusano extraído del lecho marino, amenaza con un estallido social en toda la costa, mientras que tierra adentro no se ven programas suficientes para producir hortalizas ni se recuperó la industria henequenera con el llamado “oro verde” que décadas atrás era exportado por ejemplo a Tanzania.

 

En Quintana Roo la multimillonaria inversión turística, con más de 80 mil cuartos de hotel que incluyen a los más lujosos tipo diamante, a los cinco estrellas, o a los modestos hotelitos sin estrella de Chetumal, la ciudad capital, están en peligro de sobrevivir porque durante estas décadas arrasaron con el mangle, las dunas costeras, enterraron los cenotes, destruyeron los ecosistemas y apareció una nueva plaga: el sargazo, la alga que se pudre en la mayoría de los 840 Kms de lo que eran las playas más bonitas del Caribe Mexicano.

 

Entonces, ¿está en ruinas o marcha hacia atrás la Península de Yucatán, que atraía gentes de todo el mundo y miles de millones de dólares por sus riquezas y bellezas naturales? Parece que esto no lo han querido entender los políticos ni quienes ocupan los cargos dentro del gobierno federal, estatal o municipal en esas tres entidades.

 

El desempleo, el subempleo, la pobreza extrema se acentúa no sólo en la ciudad de Campeche que registró en los últimos tiempos los más altos índices de carestía de la vida sino también en Mérida o la mayoría de sus 106 municipios donde desde siempre se han pagado sueldos bajos pese a la gran calidad de la mano de obra y al espíritu de lucha que caracteriza a los yucatecos.

 

En Quintana Roo la industria turística, que ocupaba a gran parte de trabajadores campechanos, yucatecos o demás entidades (inclusive de otros países) no sólo está en riesgo por las miles de toneladas de sargazo que siguen recalando en las blancas playas sino porque nuestro vecino, Cuba, ya normalizó relaciones con Estados Unidos y los gringos se han apuntado para visitar esa isla en aviones o a bordo de los enormes barcos que dejarán de llegar a Cozumel, por ejemplo, pues los cubanos están urgidos de dólares y tienen mejores programas para el turismo extranjero de día o de noche.

 

Los especialistas están llegando a la conclusión de que el sargazo llegó este año para quedarse porque todo parece indicar que es resultado de la deforestación y los daños al medio ambiente en el Río Amazonas y sus afluentes.

 

En tanto ellos se ponen de acuerdo, lo cierto es que Quintana Roo tiene un futuro tenebroso porque tampoco han cuidado ni mucho menos preservado los valiosos recursos naturales para evitar el calentamiento global.

 

¿Será este un ejemplo de lo que sucede en otras partes del país, por ejemplo las lluvias intensas, en el Pacífico y que causaron daños al pueblo y al turismo? Tal vez algo se pueda hacer para evitar un desastre mayor pero quién dentro del gobierno federal tendrá la voluntad de hacerlo dentro del gobierno de don Enrique Peña Nieto. Es algo urgente.

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Raymundo Martín Gómez Periodista de prensa, radio y TV desde hace más de 40 años en la Península de Yucatán Articulista independiente cuyo anterior trabajo fue en “El Universal”, del DF Director General y propietario de “El Crítico”, una revista diferente que se publica desde hace más de 30 años en Q. Roo Ha sido presidente y presidente fundador del Club de Periodistas de Quintana Roo Impartió talleres de periodismo y redacción en Chetumal, Q. Roo